- Planifica tu aprendizaje: antes de comenzar a trabajar con una tarea deberás analizar cómo la abordarás. ¿Cuáles son los objetivos que pretendes conseguir? Al planificar qué se quiere alcanzar y cómo, se evita que nos sintamos perdidos mientras trabajamos para conseguirlo.
- Sin motivación no hay aprendizaje: la elección de los contenidos a aprender pueden determinar el éxito de la tarea. Si no te gusta lo que estás estudiando, no estarás motivado y el aprendizaje puede convertirse en un suplicio y puede no llegar a concluirse.
- Usa técnicas variadas de aprendizaje: sirven para facilitar y acelerar el procesamiento de la información como por ejemplo:
a) Observación activa: por ejemplo, realizando mapas mentales o mirando a otros cómo hacen esa misma tarea - Aprende colaborando: cualquier intercambio con otras personas te ayuda a detectar errores propios y ajenos y aprender de ello, a la vez que desarrollas habilidades sociales.
- Aprendizaje significativo: Aquí se hace referencia a la puesta en práctica de lo aprendido fuera del contexto educativo. Es decir, aplicar los nuevos conocimientos en el día a día.
- Evalúa lo aprendido: aprender a aprender conlleva ser capaz de tasar el éxito y el fracaso del proceso de aprendizaje. Es esencial reorientar la toma de decisiones en base a los puntos en los que no se está avanzando.