1. Flexibilidad
Puedes estudiar donde quieras y como quieras, ya sea en tu casa o en un café. Solo necesitas una computadora y conexión a Internet. También puedes cursar a tu ritmo, recorriendo todo el contenido desde el principio o siguiendo un ritmo preestablecido.
2. Facilidad de acceso
Puedes acceder al material de estudio desde tu computadora o desde tu móvil. En términos de accesibilidad, es una buena opción para personas con alguna discapacidad física (visual, auditiva, motriz).
3.Entorno de aprendizaje confortable
Más allá de poder estudiar en pijamas, cursar online implica no tener que trasladarte a un lugar para asistir a clases, lidiar con el tráfico, dejar a tus hijos al cuidado de otra persona o pedir permiso para salir antes del trabajo.
4. Mejor calidad de enseñanza
Los cursos online están a cargo de expertos con experiencia profesional o académica en su campo, y las técnicas de enseñanza multimedia disponibles permiten adaptar la experiencia a alumnos con diferentes niveles y estilos de aprendizaje. Además, el contenido suele estar mejor estructurado que el de los cursos tradicionales.
5. Oportunidad de interacción y networking
Las clases virtuales suelen ser menos intimidantes que las clases presenciales, lo cual ayuda a incrementar la participación (a través de foros, wikis, etc.) de aquellos estudiantes que son más tímidos o reservados. Esto contribuye a una experiencia más enriquecedora gracias al intercambio de ideas, donde los alumnos disponen de mayor tiempo para procesar la información que reciben, reflexionar sobre lo que quieren decir y luego realizar un aporte. Asimismo, los profesores se vuelven más accesibles en el entorno online, con la posibilidad de interactuar con ellos por diferentes canales de comunicación.